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Plan de Siembra de Nubes con Drones de Rainmaker Enfrenta Resistencia del Sindicato de Pilotos

Tecnología

Así que, existe esta empresa, Rainmaker Technology, que quiere usar drones para ayudar a que llueva – o nieve, dependiendo de lo que necesites. Esencialmente, están tratando de mejorar la siembra de nubes, un proceso donde se introducen partículas en las nubes para fomentar la precipitación. Ya se hace con aviones tripulados, pero Rainmaker quiere usar drones en su lugar.

Sin embargo, no es tan sencillo como parece. A la Air Line Pilots Association (ALPA) no le entusiasma la idea. Han planteado serias preocupaciones a la FAA, la gente que regula el transporte aéreo, argumentando que el plan de Rainmaker no cumple con los estándares de seguridad necesarios y podría suponer un riesgo significativo. En mi opinión, es una preocupación bastante razonable por su parte.

El principal problema parece girar en torno a la seguridad. Rainmaker quiere una exención de las normas que impiden que los drones pequeños transporten materiales peligrosos, que en este caso son las bengalas utilizadas para la siembra de nubes. A ALPA le preocupan cosas como la caída de escombros de los drones, los posibles riesgos de incendio y el impacto ambiental general de los productos químicos utilizados. Quiero decir, ¡no se les puede culpar por preocuparse por eso!

Rainmaker, por supuesto, está respondiendo. Su CEO, Augustus Doricko, afirma que las preocupaciones de ALPA se basan en información incompleta y que ya han abordado estos problemas en detalle con la FAA. Dicen que sus vuelos estarán cuidadosamente controlados, sobre áreas rurales y con múltiples medidas de seguridad en vigor. Incluso afirman que la cantidad de materiales dispersados por sus drones es significativamente menor de lo que emite un avión comercial durante un vuelo típico. Una afirmación audaz, por decir lo menos.

Lo que me parece interesante es el potencial impacto ambiental. Rainmaker destaca que los materiales de siembra de nubes se han estudiado durante décadas sin evidencia de daño. Sin embargo, ALPA quiere un modelo de trayectoria de las carcasas expulsables y un análisis de los impactos ambientales de los agentes químicos. ¿Es suficiente decir que siempre ha sido así? ¿No deberíamos ser más cuidadosos ahora?

En última instancia, la decisión de la FAA será crucial. Establecerá un precedente sobre cómo se regula en el futuro la modificación del clima mediante drones. Si aprueban el plan de Rainmaker, podría abrir la puerta a un nuevo enfoque para la siembra de nubes. Si lo rechazan, podría enviar un mensaje de que las preocupaciones de seguridad son demasiado importantes para ignorarlas.

Independientemente del resultado, creo que esta situación pone de manifiesto los retos de introducir nuevas tecnologías en espacios regulados. Tienes que equilibrar la innovación con la seguridad y abordar las preocupaciones de todas las partes interesadas. Es una ecuación compleja, pero que debe resolverse con cuidado. Es un paso adelante en la ciencia, pero todos los pasos deben darse con precaución.

Fuente: TechCrunch